jueves, 8 de abril de 2010

Bitacora de un atardecer



Al parecer un poco temprano, con la ilusión de sentir la alegría que me da la belleza que se pone todos los días frente al mundo, pero esta ves frente a mí… Sentada, el preámbulo parecía desesperanzador, no habían huellas que hicieran pronosticar tu llegada. La gente iba y venía, parejas, familias, deportistas, vendedores de empanadas de queso,niños jugando en la arena,y yo en aquel espacio terrenal en el que me encanta estar, deteniéndome ante un agua viva como diciendo me “buenas tardes”, y siguiendo su rumbo hasta perderse en el horizonte. ¿Que tienen en común todos ellos? Que nadie parecía percatarse del espectáculo que estaba a punto de comenzar, cuando aun parecía que solo yo creía en tu llegada. Cuerpo tendido boca arriba, observando a las nubes medias negras que hacían de tus teloneras, encontrándole respuestas a preguntas sin elaborar, cuando aparece un invitado que sin anunciar visita, se convirtió en tu acompañante perfecto. una sin fin cantidad de gotas caían como queriendo explorar cada rincón de la ciudad, algo entretenido que hacía más grata la espera, y que a su ves parecía espantar a los pocos que aun creían que llegarías a la cita, como cada tarde…… Hasta que apareciste, de manera tímida, entrando en confianza poco a poco, no abrupta mente como quizás lo esperaba, pero de manera respetuosa con tus teloneras que iban desapareciendo para darte paso, sin quitarte el protagonismo que has ganado con la belleza cotidiana que regalas al imponerte como acostumbras a hacerlo… belleza que también valoraba una pareja de argentinos, que me decían “que bárbaro es esto! Nos tomás una foto? Sos de acá? Me parece realmente interesante que a pesar de que tengas esto todos los días, sigas viniendo viste!”, - Ha bueno, pensaba yo… si han venido de tan lejos a disfrutar de la misma fiesta que yo, creo que no me queda más sentirme afortunada, una ves más, por ser una testigo privilegiada que en primera fila aprecia lo hermoso de lo natural y hasta cotidiano, sin mencionar el paquete de sonrisas y las gotitas de alegría con las que venía incluidas aquella tarde…
De lo cotidiano esta construido lo mas maravilloso

No hay comentarios:

Publicar un comentario