miércoles, 7 de abril de 2010

El vuelo


Comienza un nuevo día, al menos eso marca el reloj, las 00:00 se perdieron en el tiempo, el Martes ya es pasado y el Miércoles aprovecha su turno para empezar a escribir su presente. Esta ves no hay testigos, sólo la pureza de la luna, que suaviza cada noche, pero no trasciende como de costumbre. El protagonista es uno solo, que poco a poco comienza a sentir que su viaje por esta calurosa noche de abril se desmorona. El vuelo da un giro inesperado. Hay que evacuar. Al parecer el problema se originó en uno de los motores internos. La nostalgia, los Recuerdos, junto con la sombra y la silueta de alguien que no está, serían la falla. Hay que evacuar. La nostalgia y el recuerdo colocan una soga, mientras que la ausencia se encarga de amarrar un nudo en la garganta. Parece ser la única solución. gente de viaje, gente sin celular, y gente que ya emprendió el viaje diario por los sueños son alternativas válidas de rescate para enmendar el rumbo de la noche, pero el piloto no quiere hacer ruido, pretende que el desajuste en su motor pase desapercibido…A lo lejos en el horizonte aparece la isla de la tristeza. El piloto parece no tener más remedio. Este viaje empieza a derrumbarse. Aquel lugar parecía ser el destino seguro de esta aventura, hasta que de pronto, comienza la evacuación. Una lágrima cae de repente sin previo aviso. Le siguen otras tantas en silencio, como desfilando por ambas mejillas para morir segundos más tarde. la evacuación sigue, callada y sin testigos, con la demora habitual en estos casos… El ruido que acusaba el motor se pierde en el espacio, pasando a ser parte de un recuerdo más del viaje de esta noche, y el piloto, aun solitario al volante, respira un poco más aliviado, sabiendo que ahora, se encuentra volando por aires de tranquilidad…Ahora, el reloj marca las 04:32 a.m. y el Miércoles seguramente continuará escribiendo su historia, con el vuelo un poco más restablecido, al menos por ahora…

Al menos hasta que vuelva a caer la madrugada...

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